DESATADOS (parte 1)

    
     "DESATADOS" (parte 1) 

   A excepción de su luz 
no había nada. 
Era una silueta dorada como el heno:
la brisa bailaba acariciando su pelo,
la tierra refrescaba su espalda. 
El sol jugaba con las curvas
de su piel macerada 
en rica miel dorada 

   El viento que se llevó mis truenos 
se hizo música en su sonrisa. 
Me hipnotizaba el único botón 
que impedía el vuelo de su camisa;
bajaban y subían sus pechos 
sin piedad como en un columpio 
del cielo

   No fue amor o cariño
ni nada conocido:
era una atracción bestial. 
Pasión pura y dura. Abducido 
por un gesto furtivo 

  Busca la brisa y la luz del cielo azul 
bajo la camisa transparente de tul, 
donde comienzan sus piernas, 
tan largas... 

   El sol desde lo alto 
dibuja su cuerpo por las hendijas 
que van acompañando su 
cuerpo de infarto 
¡Ojalá no me traicionen 
las prisas!

   Me desafian sus vidrios oscuros, 
y los caracoles castaños 
que resbalan por su pelo largo. 
Mis ojos ¡como locos! 
de los pechos a sus braguitas
de encaje blanco

   ¿Qué me pasa? 
estoy como un Mercedes acelerado 
¿Cuál será su nombre? 
Mujer fatal que ni pregunta 
mi nombre, ¡da igual!
Me ha cautivado el silencio 
en la sonrisa de sus labios 

   Sus pezones son torreones 
a la espera de ser asaltados
por la torpeza del hombre. 
Estoy a merced de lo que me pida;
y lo sabe ¡lo que quiera!
En su castillo, de ella preso,
respirando su aire fresco. 
No quiero ser excarcelado:
estaba muerto y he resucitado

   No preguntes cómo, 
pero mi boca con lentitud pasmosa le susurra sonidos de gel 
desde su cuello a los pies 
como si ya me hubiera enamorado 

   El maldito botón ha desaparecido:
sólo quedan el sol y su piel
sumida a las yemas de mis dedos
que la vergüenza han perdido 

   Sincronizados en perfecta combustión y asido a sus afeites
nos asaltan  convulsiones 
que no sabría explicar 
tanto deleite ;
mi lengua liba el elixir de su ombligo 
que ya dejó de estar escondido. 
Mi manos alcanzan su objetivo. 
Primero junta las rodillas 
hasta los tobillos;
irremediablemente las piernas
se separan dejando lo eléctrico 
al descubierto. 
Seguro de mi victoria, 
mi corazón acepta 
que soy de ella cautivo 

   Esto acaba de comenzar:
si no cumplo las expectativas 
me cortará la cabeza 
cuál  mantis religiosa

   ¡Seguro, fuerte, capaz!
Hermes ha llegado. 
Sé que no debo fallar. 
Nuestros sudores, 
nuestros olores 
ya se han mezclado. 
Todos los músculos en tensión 
   ¿quién de los dos se ha librado 
de la braguita? 

   Concentrado por completo 
en no soltar un 'botón' concreto. 
Se retuerce su torso esbelto 
con espasmos lujuriosos. 
Su cuerpo arqueado 
es una extensión de mí;
húmedo, ávido para recibirme 
fuerte y vigoroso;
presto a penetrar furioso 
en lugar prohibido:
lugar protegido, 
de repente de par en par

   Tan sólo ella dispone 
de la llave a esta mezcla de geles primitivos y embriagadores. 
Me acoge en el valle 
que custodian sus largas extremidades. 
Mi mirada juega entre sus ojos 
y sus pechos, 
y del pelo bien sujeta. 
Me mira y quiero que suplique, 
que un poco más la castigue
(cosas del psique) 

   La energía ni se crea ni se destruye, 
tan sólo se transforma. 
Se nos da bien darle forma;
Me derriba y se acomoda 
sobre mí, callada, sin garrir. 
No estoy sorprendido:
ya conozco esa lección. 
Ahora domina la situación
y no le importa mi opinión.
Tengo los ojos abiertos 
como platos. 
No quiero perderme 
sus pechos perfectos alborotados 

   Sus cabalgadas son lentas 
y suaves:
de atrás hacia delante 
y de arriba abajo. 
Un gemido celestial 
se le escapa de muy adentro
y comienza a cabalgar 
una danza ancestral 
conmigo dentro. 
Estoy a punto de estallar 
cuando ella jadea más, 
y antes de parar deposito en ella 
lo más puro de mí, 
bombeandolo en pequeñas 
explosiones incontroladas
mientras creo sonreír

   Sin preguntarnos nada, 
no estamos exhaustos, 
y pactamos seguir jugando; 
ella tumbada boca abajo 
me permite escribir
acariciando su espalda;
humedecer el orificio escondido entre las nalgas. 
Suavemente mi anular 
con armonía va haciendo camino. 
Insisto ¡más saliva! 
Mi lengua recorre por doquier:
primero uno, el otro después.
Gime de nuevo y se pone 
de rodillas y se expone 
con seguridad a cualquier cosa
 ¡a todo!
Y yo, con mucho aplomo
y cuidado quirúrgico
la penetro lentamente 
de este nuevo modo

   Tengo  la imperiosa necesidad 
de volver a inseminar, 
por lo que me retiro 
y rápidamente embisto 
otra vez, pero por el sitio correcto;
el acople es rápido y seguro,
con precisión espacial

   ¡Conservo la cabeza!
El sol se apaga, 
la energía ha sido transformada
y los nombres ya no importan
porque la naturaleza no se para. 
Pero yo, astuto y ahíto 
le pregunto que hasta dónde 
podemos llegar...
 (atónito) :
que no hay límites si quiero más,
me responde. 
Y entonces, 
recuperado el aliento, 
me presento, 
pero ella...
Ella, 
ya sabe mi nombre

 #Javierlópezortega   enero 2001
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